Por: Fernando Acosta Riveros-Guadalajara, México- Fecha de publicación: 13/09/10 | |||||
La patria del Libertador Simón Bolívar nos ha regalado agradables sorpresas en los últimos doce años. El pueblo venezolano ha demostrado desde 1998 que el legado del ilustre caraqueño puede convertirse en una realidad. Desde entonces, los bolivarianos en Venezuela, Colombia, Panamá, Ecuador, Perú y Bolivia, hemos vuelto a soñar despiertos. En las escuelas públicas de Mérida, Balboa, Bogotá, Guayaquil, Lima, Cochabamba y otras ciudades de nuestra América, aprendimos que Bolívar y sus compañeros lucharon para que nuestros pueblos estuvieran unidos y fuertes.
Ilustres luchadores sociales y pensadores se han esforzado en esas seis naciones para fortalecer los vínculos de amistad, fraternidad y hermandad. Hemos tenidos muchísimos enemigos que se oponen férreamente a la unidad de nuestros países. Entre ellos: los imperios estadounidense y británico, las clases económicamente poderosas y todas las mafias banqueras, multinacionales, narcotraficantes, politiqueras y las que el capitalismo salvaje ha ido formando. Sin embargo en Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela, el movimiento bolivariano ha continuado su marcha insistentemente.
Durante el proceso electoral venezolano realizado en 1998 se encendió una luz para todo el continente. La mayoría de los ciudadanos de Barquisimeto, Caracas, Maracaibo, Mérida, Puerto La Cruz, Puerto Ordaz, Valencia y otras grandes urbes, municipios y poblados de la bella geografía venezolana, apoyó con su voto al Movimiento V República y a la coalición de partidos Polo Patriótico. De esa manera llevaron a la presidencia a Hugo Rafael Chávez Frías, comandante de una revolución pacífica y liberadora, inspirada en Simón Bolívar y enriquecida con las luchas políticas, revolucionarias y sociales del siglo XX.
El triunfo de Hugo Chávez Frías animó a bolivarianos y políticos progresistas en todo el continente, incluso en México, país que se ha distanciado de los países hermanos de nuestra América en los últimos años, engañado por el imperio y esperanzado en la “modernidad” del neoliberalismo que mantiene a su población empobrecida y amenazada. La posibilidad de una transformación económica, a través de una revolución pacífica, puso en alerta al imperio estadounidense y a sus lacayos extendidos en todo el continente.
Los privilegiados del bipartidismo tradicional venezolano pertenecientes a las colectividades políticas Acción Democrática (AD) y Partido Social Cristiano (Copei) se esforzaron en noviembre y diciembre de 1998 por impedir el triunfo de Hugo Chávez. La oligarquía formó el movimiento “Todos contra Chávez” (Toconcha) y ha continuado realizando acciones para desestabilizar y sabotear la revolución bolivariana durante doce años. En el presente 2010 y en vísperas de las elecciones del 26 de septiembre se proponen realizar un golpe de Estado parlamentario, diseñado desde Estados Unidos.
Profundizar las acciones bolivarianas para alcanzar el socialismo del siglo XXI en Venezuela es una tarea titánica y urgente. La izquierda y los patriotas que apoyan al compañero presidente Hugo Chávez deben esforzarse para conseguir la mayoría calificada el domingo 26 de septiembre. Una Asamblea Nacional, donde un alto porcentaje de sus integrantes defienda a los venezolanos y dé continuidad al proceso revolucionario, es la meta.
Recientemente el mandatario de Venezuela cuestionó al gobierno estadounidense por la ayuda financiera que otorga a la oposición política a través de la denominada Mesa de Unidad Democrática (MUD). Un informe de la Nacional Endowment for Democracy (NED) señaló que los “demócratas” estadounidenses están invirtiendo entre 40 y 50 millones de dólares para que los opositores consigan la victoria y el país suramericano “sea libre”, es decir para que Venezuela tenga gobiernos dóciles y peleles como los que tienen hoy en día México y Honduras, por ejemplo.
La oligarquía española, los socialdemócratas, amigos de Rodríguez Zapatero y de José María Aznar también realizan desde Madrid y Barcelona su apoyo a la contrarrevolución en Venezuela a través del Grupo Prisa que edita documentales para desacreditar la revolución bolivariana. En junio difundieron un especial llamado “Los guardianes de Chávez” en las televisoras ibéricas, luego lo transmitieron por CNN en español y registraron más de 45 mil reproducciones en Youtube. Todo esto forma parte de la campaña empeñada en hacer creer que el gobierno bolivariano apoya al terrorismo.
Entre los ataques internacionales crece otra campaña de las autoridades israelíes que acusa a Venezuela de participar junto con los gobiernos de las repúblicas Islámica de Irán y Siria en el transporte clandestino de uranio para abastecer plantas nucleares “que ponen en peligro la paz mundial”. Esas calumnias son repetidas en las ediciones impresas y digitales de los diarios El Tiempo de Bogotá, Colombia y La Stampa de Roma, Italia.
Las burguesías mafiosas colombiana e italiana y sus aliados mundiales que en México son apoyados por las empresas “informativas” (Televisión Azteca y Televisa) desean ver a Venezuela postrada ante el imperio yanqui. No pueden aceptar que los pueblos de Suramérica avancen y se unan en la ruta bolivariana. Están desesperados ante los avances progresistas de Hugo Chávez en Venezuela; Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia. Ante esa situación, el Movimiento Bolivariano en el continente y los sectores progresistas en todo el mundo debemos multiplicar durante estas horas y días la solidaridad con la patria de Francisco de Miranda, defender con dignidad y entereza a Venezuela y fortalecer el sueño bolivariano en nuestra América. ¡Venceremos! Paz y bendiciones.
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