“El Partido Socialista Unido de
Venezuela debe ser el verdadero guía y unificador de la clase y sectores
explotados en la batalla por liberar definitivamente a la patria de la pobreza
extrema, el atraso y la dependencia; debe ser propulsor de la conciencia social
y de los cambios históricos, promotor de la justicia social, moral y económica.
Si Hay Educación para la conciencia ideológica-socialista de toda la población,
se podrá derrotar la pobreza”.
“El Partido concibe la unidad como
producto de la cohesión en torno a los valores y principios colectivamente
aceptados, reflejados en el Programa, sus estatutos, sus fundamentos
ideológicos y su accionar político, destinados a erradicar el fraccionamiento de
intereses particulares y la anarquía y sustituirlos por el interés colectivo y
bienestar social”. Extraído de la declaración de principios. Libro Rojo.
La unidad, una palabra mal utilizada por
muchos, practicada y entendida por pocos, quizá es una obra que nos falta para
sentar las bases del socialismo Bolivariano, pero no quiero ser tan romántico
en este escrito, quiero ser más explicito (explicativo, descriptivo) para
lograr hacer un ejercicio de debate en una sociedad actual tan debatida como
disputada, tanto desde la derecha como desde la izquierda, que dicho sea de
paso es la que con más intensidad asume el debate, por tener argumentos de
sobra.
Me permito decir que no vengo a hablar
de candidaturas, de posturas, o de apoyo a alguien, creo necesario aportar al
debate desde el punto de vista de movimiento social y cultural con miras a la
construcción colectiva, fieles a la revolución Bolivariana, a sus principios,
ética y moral Socialista, que pasa por una profunda crítica y auto crítica para
poder avanzar hacia la sociedad que hemos soñado.
Estar
en desacuerdo no significa ser indisciplinado, no gustarnos una postura no
significa estar del lado contrario, efectivamente en el ejercicio democrático
revolucionario, estar en desacuerdo con algunas posturas nos hace más fuertes, “La crítica debe hacerse a tiempo;
no hay que dejarse llevar por la mala costumbre de criticar sólo después de
consumados los hechos”. Mao, Yo agregaría a lo que dice el camarada Mao, que si
no hacemos la crítica vamos hacía un rumbo oscuro o sin claridad; lo que
precisamente debemos criticar es que no se pierda el carácter de debate interno
del Partido, las decisiones colectivas, la irreverencia y la disciplina en la
acción no pueden ser de un sector u otro, de cuando me favorece la decisión,
debe ser de un carácter íntegro en los militantes del proceso. La
rectificación, el reconocimiento del otro dentro del partido es importante, en
función de recoger las piedras y lanzarlas a quién deben lanzarse y no que
ellas reboten y nos caigan a nosotros mismos, porque quizá rebotan por que dan
contra esa gran pared que es la dialéctica de este proceso revolucionario.
Sin duda es un período interesante
y de mucha prueba para muchos, pero lejos de parecer pesimista hay quiénes se
aprovechan del mismo para fraccionar más al partido, valiéndose de “lo dijo el
jefe”, “Tienes que calártela porque si no eres contra revolucionario”, “Las
decisiones del jefe no se discuten, se acatan”,
para empezar, toda acción de un revolucionario es discutible, mas si
emanan del líder, que se acatan, en eso sino hay discusión, pero no me vengan
con el reformismo kaustkiano de que no se discuten, y ser contra revolucionario
por querer generar debate interno, decir eso es la máxima representación del
reformismo dentro de nuestras filas.
Creo en los procesos meramente
científicos del hombre, en la política actual debe aplicarse, entendiendo que “Un partido revolucionario es el guía de las
masas, y no hay revolución que no fracase cuando ese partido las conduce por un
camino erróneo” Mao. Allí precisamente en esa frase corta pero contundente nos
debe hacer reflexionar, detenernos un momento, y decirnos a lo interno, ¿estamos
conduciendo a las masas por el camino que es? Bueno, no hay dudas de que el
líder ha dado muestras de que si, pero la dirección “colectiva” ha dado
muestras de flaqueza y vicios no muy acordes a la dialéctica de nuestro proceso
ni a la firmeza con la que debemos erradicar dichos vicios de nuestras filas
revolucionarias.
¿Quién ignora que, al examinar
cualquier fenómeno social en el proceso de su desarrollo, siempre se hallarán
en él vestigios del pasado, bases del presente y gérmenes del futuro? Lenin. Entendemos
que la Revolución no es un hecho acabado, no es un bien comprado, no es un
producto, sino el producto de las lucha de los pueblos que buscan la
emancipación, a través de su fin histórico: la liberación. Seguir creyendo que
la revolución sólo se hace desde los espacios de poder es seguir alimentando la
cultura clientelar que hemos heredado de los 500 años o más de colonización del
pensamiento, seguir pensando en que se nos acabó la lucha porque alguien que no
merece estar en un cargo u recibe beneficios del estado burgués, es seguir
pensando en que la revolución no es un hecho colectivo; seguir creyendo en que
tu lucha no significa mucho para esta sociedad, es estar derrotado antes de
empezar la guerra.
La disciplina empieza por entender
y reconocer al otro, al que esta dentro de la revolución aunque te lleve la
contraria a lo que dices, aunque no milite tus acciones, aunque pelee y parezca
rebelde sin causa pues, en la lucha de todo hace falta, alguna piedra ése
recoge, porque quizá cuando le toque lanzarla, va a derribar al burgués que
quedaba en la pata que sostenía la estructura del capitalismo que aun no había
sido derribada.
Prometí no hablar de candidaturas,
pero creo que si he debido hacerlo, bueno reconozco que mi candidatura es la
Patria y su líder indiscutible, Hugo Chávez, el único ser que ha retumbado con
su grito “Patria” en todos los rincones del planeta, hasta en la galaxia con 2
satélites, hasta en el Himalaya, donde quiera que uno va se escucha, Uh Ah
Chávez no se va… se queda y para siempre…
Independencia y Patria
Socialista
Viviremos y Venceremos.
Ricardo León
Colectivo Puño Alzao
Lunes, 15 de Octubre del 2012