26 JUNIO 2010
En los años sesenta, se activaron en todo el mundo multitud de grupos con una estrategia transgresora, revolucionaria y transformadora, impulsando un proyecto que no sólo luchaba por la erradicación de la LGTBI-fobia, sino que pretendía un cambio radical en todos los ámbitos sociales y con una crítica potente hacia el sistema capitalista. Durante las huelgas de los ochenta, los activistas LGTBI se solidarizaban con los mineros ingleses o anteriormente en las luchas del 68. Movimientos combativos, solidarios, y revolucionarios.
La desvinculación del movimiento obrero y los movimientos LGTBI, los silencios, los escasos debates y los pocos compromisos activos por parte de la izquierda, han contribuido a un giro hacia un activismo reformista y atrapado en un mercado rosa especulador de derechos y libertades y que convierte el sujeto revolucionario en sujeto de consumo. A pesar de esto, desde que una bollera despierta cada día a su hora, ya la lesbofobia está ahí. El heterosexismo no deja de ejercer su poder. La transfobia aplasta a las trans migrantes, pero no es noticia sólo las muertes son noticia. Eso no quiere decir que no existan agresiones y ataques diarios, sólo que son invisibilizados y silenciados.
La libertad y la emancipación de la clase obrera debe ser una experiencia real y necesaria para acabar con todo tipo de opresión hacia las diversas formas de vivir la sexualidad. Desde la Juventud Comunista vemos necesario y urgente acabar con el control, la represión y la manipulación de la sexualidad así como con cualquier tipo de opresión. Es primordial y necesaria la lucha contra la subordinación de las personas LGTBI, y especialmente de aquellas personas que desafían el sistema sexo/género: las personas trans. La transexualidad cuestiona la idea de la supuesta naturalidad de los género, es decir, que nacer macho de la especie humana implica de manera natural sentirse hombre y nacer hembra supone sentirse mujer. Las personas que no se identifican con el género que socialmente se corresponde con el sexo biológico de nacimiento, son vistas como patológicas, pues se presupone que la identidad de género está determinada biológicamente por el sexo y que ambos géneros son dicotomías entre las cuales no podría existir nada. A pesar de que no existen pruebas diagnósticas objetivas ni fiables que determinen quién es verdaderamente transexual, el lobby psiquiátrico sigue insistiendo en la patologización de la transexualidad. De esta forma, reclamamos la inmediata despatologización de la transexualidad y denunciamos la hipocresía del PSOE y la mal llamada “Ley de Identidad de Género” que sigue tratando la transexualidad como una patología. Las personas trans deben ser las verdaderas protagonistas de los avances legislativos que se produzcan, no un puñado de votos a conseguir. Los derechos no son un negocio, ni económico ni electoral.
Nos resulta incoherente que el gobierno ZP se lleve el mérito del progreso LGTBI, mientras encierra a migrantes heterodisidentes en centros de internamientos, donde se vulneran los derechos más esenciales del ser humano. La LGTBI-fobia, el racismo y la xenofobia no son más que instrumentos del sistema para dividir y oprimir duramente a la clase obrera. Ante las diferentes opresiones sistemáticas, desde la Juventud Comunista reclamamos una mayor solidaridad entre la clase obrera que resista los intentos de dividir y desorganizar las luchas. Toda acción que sea meramente egoísta e insolidaria, refuerza el sistema de represión general que se nutre de los prejuicios, privilegios y valores que hacen existir la LGTBI-fobia al lado de muchas formas de discriminación. Decir solidaridad, es luchar contra los poderosos, contra la homofobia, contra la precariedad de las migrantes trans, contra los contratos basuras de los intersexuales, contra las palizas a las travestis.
En este 28 de junio, desde la Juventud Comunista queremos que se sepa que justamente la LGTBI-fobia va de la mano del mantenimiento de un sistema social,por tanto, nunca va a luchar contra la LGTBI-fobia alguien que se beneficie de ese mismo sistema.No por ser marica o bollo, sino por pertenecer a la clase social represora y poderosa.
Fuente: página UJCE españa http://www.juventudes.org/
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