Juana Carrasco Martín
juana@juventudrebelde.cu
17 de Abril del 2010 23:11:04 CDT
CARACAS.— No es casual que la Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se reúna el lunes 19 de abril en esta ciudad bravía. El Bicentenario de la proclamación de la independencia venezolana, puerta abierta a las luchas que fueron dando nacimiento a las repúblicas sudamericanas, marca un nuevo hito en el camino que ya fuera anunciado por Martí en Nuestra América: «¡los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida…»
El estado de la independencia en el continente será evaluado en el encuentro, al que está confirmada la asistencia de los Jefes de Estado y Gobierno de los países miembros del grupo integrador, o de sus representantes: Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua, Ecuador, San Vicente y las Granadinas, Dominica, y Antigua y Barbuda. Ellos harán lo suyo bajo otra premisa martiana: «Conocer es resolver».
«Va a haber un conjunto de decisiones y propuestas que ya vienen trabajando los equipos para seguir enfrentando con éxito y abrir el camino de la verdad, frente a tantas agresiones permanentes en esta lucha por ser libres e independientes», dijo hace unos días el canciller venezolano Nicolás Maduro, en referencia a la campaña recrudecida contra Cuba, que incluye los denuestos sobre la presencia solidaria de la Isla aquí, en las Misiones Sociales.
El embate descarado de Washington y sus seguidores provocó el golpe en Honduras y el acoso a la Bolivia plurinacional que encabeza Evo Morales; también a Nicaragua y a Ecuador. Y no son casualidades, se enmarcan, al igual que el empuje anticubano y antivenezolano, en la intención de eliminar una integración que les molesta porque —al contrario de la OEA y otras de su tipo— precisa la unión sobre principios claros: cooperación, complementación y solidaridad; ayuda mutua y satisfacción de las necesidades del pueblo.
Y no se trata de mera palabrería. En Caracas, en reuniones previas, se pasó revista a algunos de los Proyectos Grannacionales, definiciones concretas mediante convenios y acuerdos que se traducen en agendas de trabajo, compromisos, plazos y cumplimientos.
En esta opción de romper el capitalismo —tanto su cerco económico, como el cultural e ideológico— estuvo enmarcado el III Taller Educación para el ALBA, que ratificó la decisión de avanzar en los procesos de alfabetización, profundizar en la post-alfabetización y lograr la máxima inclusión en la cobertura escolar de calidad.
También preceden a la Cumbre los acuerdos de la segunda reunión del grupo ALBA-Bicentenario en el campo histórico-cultural y, en especial, las acciones encaminadas a la recuperación de la memoria histórica.
Y no faltó, en esa visión abarcadora, el Seminario de Articulación Continental de los Movimientos Sociales del ALBA, con la participación de delegados de 15 países integrantes o aliados de la Alianza. Los participantes intercambiaron experiencias de lucha y, en visitas a barriadas y comunidades populares de Caracas, pudieron ver a las masas construyendo el Socialismo del Siglo XXI.
Por eso el pueblo bolivariano también estará como invitado especial en la IX Cumbre, en el Teatro Teresa Carreño: jubiloso y triunfador, en plena lucha frente a los ataques de la oligarquía aliada al imperio, y como protagonista de la gesta.
Son los pueblos garantes de la actual correlación de fuerzas que configura nuestra América, donde el ALBA es paradigma integrador, y de un modelo económico diferente al capitalista neoliberal. Si hace 200 años se logró la independencia política, ahora se trata de algo más profundo: la soberanía económica, la justicia social y la unidad. Unidad y acción en la diversidad.
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