sábado, 24 de noviembre de 2012

DENUNCIAMOS GOLPE ELÈCTRICO DE LA DERECHA CONTRA CHÀVEZ Y LA REVOLUCIÒN BOLIVARIANA



A mediados del año 2006 veníamos denunciando la posibilidad de un Golpe Eléctrico o de Sabotaje Eléctrico, y eso implicaría a Empresas del Estado y Empresas Privadas que afectaría a todo nuestro pueblo,  al gobierno presidido por el Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías y la Revolución Bolivariana, ya que según nuestros informantes, para ese momento se sospechaba que los sectores oligárquicos y de la oposición más rancia de Venezuela podrían suspender el servicio Eléctrico para así originar un caos, y vendría el alboroto, las guarimba y hasta un posible General  alzado en un cuartel, para dar un Golpe de Estado televisado en vivo por las pantallas mediáticas.
Todo este Golpe Eléctrico viene siendo planificado desde el exterior  por aparatos de seguridad de los Estados Unidos y la oligarquía venezolana con sus ramificaciones a nivel  nacional apoyados por profesionales y técnicos de AD y Copei infiltrados en Corpoelec, sabotaje, derecha endógena infiltrada en la Revolución Bolivariana, acción destructiva de sindicatos y sindicaleros plegados a la derecha fascista, lo cual  se concretiza en toda Venezuela, en especial en los Estados Zulia, Bolívar, Sucre, Cojedes, Nueva Esparta,  Aragua, Carabobo, Lara, Portuguesa, Barinas, Falcón, Anzoátegui, Mérida, Táchira, Guàrico, Apure, Trujillo,  Miranda e inclusive Caracas.
Es indudable que los sectores más afectados son los trabajadores, campesinos, pequeña burguesía, intelectuales, profesionales y técnicos, sectores mas pobres que en su mayoría militan en los diferentes Consejos Comunales, porque se les daña la nevera, el televisor, el microonda, la lavadora, aires acondicionados, bombillos- y otros utensilios eléctricos, mientras que el Estado burocrático y la Corpoelec ineficiente no dan respuestas positivas a los millones de consumidores, pero si son listos para poner altos recibos de energía eléctrica y nunca pagan los objetos dañados de los consumidores-
Como nunca antes el sector eléctrico estuvo en riesgo, en el peor de los riesgos, pues estaba en manos y bajo control de una clase gerencial mercenaria que intentaba hacer uso de ella como más le conviniera a sus intereses de casta privilegiada, en contraposición que solo tenía una porción de la clase trabajadora del sector eléctrico que cada vez creía menos en el Proceso de Revolución. Este fue el más grave de los APAGONES, el de la conciencia en la clase trabajadora. Ese es el peligro que corremos actualmente en el Sector Eléctrico.
La derecha tecnocrática con sus prácticas gerenciales verticalistas del capitalismo, se apoderó del sector eléctrico. La indiferencia y el escepticismo sobre la Revolución y la posibilidad de cambios en las empresas del sector eléctrico se habían apoderado de las mentes de la clase trabajadora, que la llevó a refugiarse en la mera lucha reivindicativa.
Pedimos al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, Ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Contraloría General de la República Bolivariana de Venezuela, Asamblea Nacional, Defensoría del Pueblo, Fiscalía General de la República, Tribunal Supremo de Justicia, Tribunales de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela,  DIM, SEBIN CICPC, procedan abrir  juicios administrativos, civiles  y penales contra los conspiradores de la derecha fascista, derecha endógena, infiltrados de AD y Copei, profesionales y técnicos al servicio del imperialismo norteamericano y la burguesía apátrida, sindicatos y sindicaleros golpistas




Fundación Alcides Hurtado Bustillo
Colectivo Puño Alzao
Frente Revolucionario Bolivariano de Comunicadores Sociales
 del Estado Carabobo
Movimiento Insurgente 29 de Marzo
Caracas, 23 Noviembre 2012

martes, 13 de noviembre de 2012

Relato: Detención de Corresponsal de ARN en Chile.

Mi primera detención “marchística”

José Luis Morales Corresponsal ARN DIGITAL EN CHILE

Eran pasadas las seis y fui en busca de tres maceteros que necesitaba. -Bandera con Huérfanos, por ahí- me había dicho mi amigo pato. –Vale pato- y salí. Luego me dije -aprovechando que está cerca, voy a ir a ‘cachar’ la marcha contra la Ley de Pesca- y eso hice.

Compré las macetas, grandes igual, las llevaba en una bolsa que quedaba chica, a
sí que en la marcha paseándome con ese paquete medio estirado andaba desentonando un poco, a no ser por mi polera roja y negro short. Caché que estaba la Eloísa y saque el celular pa’ tomar unas fotos (ustedes saben que la encuentro chora), habían otros trecientos cabros, más o menos del mismo aspecto que el mío si no fuera por la bolsa con maceteros, además de otros viejos, entre ellos, el Rendón.

Más fotos y luego me uní a la columna y desfilé por el paseo ahumada apoyando la causa, igual que siempre. Sus aplausos vinieron, las consignas, lo típico, sus gritos contra los duales capitalistas-políticos, o en onda más desestructurada, contra las personas que hacen leyes para beneficiarse económicamente ellos mismos o a sus empresas, es decir los políticos-capitalistas, quienes a esa hora sesionaban en la comisión de Pesca, ahí en el ex congreso nacional de calle Catedral.

Para allá nos dirigimos todos y por la calle, qué tanta hueá si son dos cuadras, no se vayan a morir los pobrecitos automovilistas llegando cinco minutos atrasados. Pero ustedes saben, el rigor, la disciplina, la instrucción temprana de los Carabineros, sumado a un Gobierno que les da chipe libre y santifica el flujo vehicular expedito por sobre el derecho a manifestarse, motivó la llegada de los “uniformeados”.

-Salga de la calle, salga de la calle- decían, y derrepente llega uno por detrás y me manda un empujón, con el puño cerrado, obvio. –A la vereda- coronó el momento, y yo le dije, -ya pero pa’ qué me pegai… trátanos con respeto loco-. Avancé por la vereda un poco choreado apenas dos metros y ya la gente estaba de nuevo toda en la calle (si en verdad qué tanta hueá cierto, ¡eran dos cuadras!), y los pacos cacharon el mote, cacharon que íbamos pal ex Congreso y se apuraron, se urgieron, se pusieron los cascos.

Una vez ahí al frente de ese edificio blanco neo-clásico (porque de clásico o griego o democrático no tiene nada), algunos predicaron nuestras súplicas de justicia por un megáfono y otros escuchábamos atentos. –Allá dentro está la comisión, la que quiere regalarle el mar y los peces a siete familias del país- denunció un cabro. Nosotros los trescientos asentíamos y aplaudíamos. Hasta que pasados, mm qué, 15 minutos, apareció el animal nacional, el del escudo patrio, el guanaco, seguido de su garrapata zorrillo. Avanzó y comenzó a tirarnos agua altiro. –Si qué tanta hueá- debe haber dicho el de verde que lo manejaba, asimismo como mataba hormigas con la manguera cuando chico.

Así que le saqué una foto, me doy vuelta, y cacho que un grupo de pacos tiene atrapadas a unas chicas, aprisionadas contra el portón del neo-clásico, o sea, en la vereda. –chuaaaa la volaíta- me dije y fui pa’ allá. Derrepente llega otro grupo de verdes y uno toma del brazo fuertemente a una cabra, con la intención de llevársela detenida. (A esa altura ya no quedaba nadie en la calle, como dije éramos solo trescientos, más o menos, todos del mismo aspecto mío y algunos andábamos (bueno yo no más) con bolsas grandes apretujadas, es decir, nada de qué preocuparse).
En ese momento saltó mi conjugación virtuosa, (pensamiento + conocimiento de las leyes + acción) y me dije y luego le dije al de verde –¡oye loco no está haciendo nada! Está en la vereda más encima, ¡suelta a la señorita!- (Si, así como el Zorro), pero justo llega otro uniformeado por detrás con el puño levantado a la altura de mi cara y me golpea el rostro, por suerte no muy fuerte, pero igual fue un cornete, y yo estaba defendiendo las leyes hueón, ¡las leyes!, la chica no estaba haciendo nada y -estaba en la vereda más encima-, me dije. No pude hacer nada, se la llevaron.

Así que partí al medio de la batahola a exhortar a los policías, -quién me pegó, por qué me pegai un combo- les dije, entre empujones recibidos y otros dados, comenzaban a llevarse a otro chico por estar ahí simplemente, y yo me meto a tratar de que se les soltara a los pacos. Justo ahí llega uno que me encara y comienza a agarrarme los brazos.

Era mi momento, fue mi momento. Forcejeos, rasguñones, me tiraron del pelo y en unos segundos ya estaba dentro de la cuca.

Éramos 12, jóvenes menores y mayores de edad, entre ellos Patricio Toro, vocero de la ACES, hasta que llegó el único viejo del grupo, también detenido, Rendón, y nos constituimos oficialmente como “los 13”.

Describamos. Adentro de la cuca hace más calor que la chucha, con cuea entra algún rayo de luz por lo que está oscuro, y no sé si por causa de las nuevas tecnologías o por esa necesidad de dotar de épica lo que uno hace para el resto, los primeros minutos transcurren en silencio entre “los 13” y todos nos dedicamos a llamar a los amigos, a las parejas los que tienen la suerte de tenerlas, o a publicar mensajes por el twitter del teléfono en la onda, “me llevaron detenido, ¡difundir!”, como si a alguien le importara.

Se me ocurre llamar al Nacho (personaje que a estas alturas me sale hasta en la sopa porque vivo y trabajo mas encima con él), para que se comunicara con la radio donde trabajo para informar de la situación. Más que mal, estaba Rendón al lado mío y un dirigente de la ACES, podíamos tener el contacto telefónico directo pa’ la radio, –desde dentro de la cuca-, me dije, creyéndome casi el corresponsal de guerra. –Ya, voy a llamar para allá y les diré que te llamen. Igual trae pan para la once- me dijo nacho, el muy simpático.

No sé si por un problema de señal o porque mi insignificancia real superó a mi egocentrismo, no me llamaron. En fin, ahí quedó el corresponsal.

-Estos congresistas binominales que salen elegidos aunque la gente no los elija. Ustedes en la ACES deberían profundizar ahora el llamado a boicotear las elecciones, creo que se justifica mucho más que en la pasada elección- le dijo Rendón al vocero secundario. Éste, en silencio asiente.

Lo que sigue es una larga espera metidos adentro de la cuca, en la tercera comisaría, cagaos de calor, pero ya comenzando a hablar más entre nosotros, -dónde estudias, qué haces- nos preguntábamos. –Anoten sus nombres y rut en un papel, que viene la Defensoría Popular a ayudarnos- advirtió el viejo del grupo. Todos lo hicimos. De vez en cuando se asomaba un Carabiguero y nos preguntaba –cuántos son, cuántos menores de edad hay-. De verdad quizás creería en esa supuesta eficiencia de la institución policial chilena si no los hubiera visto, a todos los pacos, darse vueltas de allá pa’ acá sin cachar qué debe hacer cada quien frente a la llegada de los detenidos. Otra vez –cuántos son, cuántos menores de edad hay- preguntó otro. Luego vendría al menos 7 veces la misma pregunta de parte de distintos uniformeados.

Uno que se robó la película fue un verde que abrió la puerta y llegó choro, que nos miró de reojo y nos dijo -¿alguno de ustedes es pescador?- a lo que todos respondimos un rotundo -No-. Y el paco, extrañado, agregó –y entonces, ¿para qué protestan?-. La pregunta nos alteró a varios los nervios. Cómo el hueón no puede comprender que no se necesita ser pescador para luchar por un mar para todos los chilenos, así como no se necesita ser estudiante para luchar por educación gratuita. Enigma indescifrable.

Los dichos de ese uniformeado serían solo un atisbo de lo que vendría después. Camino a constatar lesiones (en mi persona un rasguño largo y ancho en mi brazo derecho, más otro en el codo con un poco de sangre, y algunos avisos de moretón en el brazo izquierdo. En otra niña moretones también, y un pequeño cototo en la cabeza producto de un golpe de escudo o quizás qué cosa, y que me pidió se lo tocara para comprobar sus dimensiones. Sí, lo acepto, tocarle la cabeza fue sexi, ando falta de cariño), los pacos yo creo decidieron ir al consultorio más lejano a propósito, con tal de exponernos a nosotros sus particulares ideas sobre los manifestantes, la acción policial e incluso sobre la situación del país. Imagínense ir en la micro de pacos, choreado por la pérdida del tiempo y la injusticia de la detención, y observar y escuchar cómo mientras los efectivos se sacan sus canilleras de tortuga Ninja comentan la actualidad nacional. Yo iba con el oído hinchado.

-Para qué protestan si no logran nada-, -Este país está bien, este Gobierno lo ha hecho súper bien-, -Aquí todos tienen oportunidades, mírenme a mí, quise ser Carabinero y se me dio la oportunidad de ser Carabinero-, -Primero prohibieron las lacrimógenas, pero así, obligados a pegarles con los palos, y eso genera más contacto, por ende más funcionarios y manifestantes lesionados, así que de vuelta las lacrimógenas-, -No podemos ser todos iguales-, -Allá en el sur uno va a defender a Chile de los mapuches, que queman y secuestran, más encima son cobardes porque usan a los niños como escudos-, son tan solo una leve pincelada de los “alegres vociferes” dados por esas bocas llenas de siseo “afirmativo negativo” de los funcionarios policiales chilenos. Y eso durante al menos una hora, imagínense, del terror.

Se me habían olvidado mis maceteros. Estuvieron en todo momento conmigo. Recuerdo que en un momento pensé que, dado el pelo chascón y una leve barba de dos días que llevaba, algún uniformeado me iba a molestar diciéndome que eran para plantar algún arbusto prohibido. Entonces analicé las fotografías del celular, unas donde salía mi amigo negro en condiciones dudosas, busqué algún elemento extraño en mi billetera, y luego eliminé cualquier indicio de sospecha. Bueno, total dentro de mi pecho yo sabía que eran para plantar petunias. Mmm, yia.

Finalmente llegamos al consultorio. Afortunadamente el personal nos atendió de inmediato, y digo afortunadamente porque los pacos seguían filosofando y transmitiéndonos sus conclusiones. –Su turno-, dijeron, y pasé, aliviado del silencio momentáneo.

-¿Es alérgico a algo?
-No que yo sepa. ¡A las picaduras de insectos! (recordé).
- Eso no cuenta. ¿Está tomando algún medicamento?
-No que yo sepa.
-¿Sufre de alguna enfermedad?
-No que yo sepa.
-¿Diabetes, coronaria, hipertensión?
-Mm una vez me dijeron que podía tener hipertensión, pero lo desestimaron.
-A ver su presión. Chuuuu, 134 con cuarentaycuatrinueveseis. Usted sí tiene hipertensión.
-Mish.
-A ver sus lesiones, muestre.
-Tengo esto aquí, esta herida en el codo, y esto aquí.
-Ah ya, listo, listo, puede irse.

Para lamento mío, afuera seguía la hora de la conversa policial. –A ver, pero a ustedes esto de la ley de pesca, saben qué es, por qué los afecta o qué tiene de malo-, inquirió un paco a la muchacha del cototo en la cabeza. (-Le tocai el cototo te mato conchetumare-, me dije. No, broma xd).

-No quiero hablar contigo, no tengo por qué responderte- le respondió mi unicornia.

Yo ya tenía el oído hinchado a más no poder, mantuve mi silencio porque si hablaba podía dejar la cagá, hasta que el paquito me mira de reojo y me dice (quién sabe por qué, si aspecto de experto no tengo) –oye tu tienes cara de saber más, me puedes responder la pregunta-. Al instante dejé salir todo pa’ fuera.

-Mira, en Chile loco nada es de nosotros realmente, ningún recurso natural, ni el agua, el mar, ni los árboles, el cobre, nada, todos los recursos naturales le pertenecen a unas 50 familias o quizás menos. Lo mismo pasa con esta Ley de Pesca, le quieren entregar el mar y sus productos a siete familias. Tú crees que eso es justo. Nosotros estamos luchando para que esos recursos y esas ganancias sean repartidas entre todos, que todos nos beneficiemos de aquello que nos pertenece a todos, incluso a ti como Carabinero, o a tus hijos-, le vomité.

El paco me quedó mirando y me dijo, -ya pero a ver, porqué dices que el mar no será de nosotros, si yo quiero ir a la playa me baño, si quiero ir a pescar con mi caña puedo hacerlo-. (En ese momento pensé en gritarle, ¡puta que eri tonto hueón! Cómo se nota que les lavan el cerebro, tenís las mansas tetas y las pacas tienen tula y todas las anteriores, pero no lo hice, preferí seguir en mi tono pedagógico).

-¡Tú cachai la pesca de arrastre cierto?, sabes cuánta ganancia hay detrás de esa industria y los costos medioambientales y sociales que tiene. ¿Sabes que arrasan con el fondo marino y destruyen todas las especies que allí hay? Has visto a lo largo del país los cientos de caletas artesanales que están sobreviviendo apenas porque no tienen peces para pescar, porque se lo llevan todo las grandes pesqueras, esas siete familias, que más encima exportan los mejores productos, y los peores los venden caro aquí en Chile. ¿Sabes que con esas ganancias alcanza demás para otorgar educación gratis para todos, incluidos tus hijos? Sabes Sabes ¡Sabes!.-

En tanto el paquito miraba al cielo pensando, otro desde el fondo le sopló al oído –igual puede tener razón el joven-.

No me bastaba más, eso era suficiente para anotar la anécdota en mi memoria para siempre. Mi primera detención por causas marchísticas, algo que tarde o temprano, dada mi insistencia, debía ocurrir y ocurrió.

A mi casa me fui con la presión arterial algo más baja, con mis tres maceteros para las “petunias”, con el número telefónico de Luis Mariano Rendón y la promesa de concertar con él una entrevista, además del recuerdo de haber conocido en persona a Eloísa. Ah, se me olvidaba, varios moretones y una citación a la fiscalía que está por llegar. –Bueno y, ¡qué tanta hueá!-, me dije, y pasé a comprarle pan al simpático del nacho.

viernes, 2 de noviembre de 2012

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